Junior no es papá de nadie

Por: Carolina Cervantes

Así en el fondo, muy en el fondo muchos tuvieran una pequeña luz de esperanza, todos sabíamos lo que iba a pasar en el Metropolitano cuando Junior enfrentara a Nacional por la final de la Copa Águila. Por más trillado y cliché que pueda sonar la derrota de Junior era la crónica de una muerte anunciada, Giovanni Hernández planteó el partido para defender una derrota, como si jugara cualquier partido y no una final en su casa, una vez más demostró, como lo hizo a lo largo del semestre, que ser técnico de un equipo como Junior le quedó grande.

Alexis Pérez

Poco o nada se puede decir del desempeño del equipo durante el partido cuando es un defensa central al que le toca ir en busca de los goles, sin duda alguna Alexis Pérez Fontanilla fue el mejor en la cacha, defendía, atacaba, hacía de todo, se echó literalmente el equipo al hombro, lástima que muchos de sus compañeros no tengan su misma entrega y convicción en la cancha. Vladimir Hernández, Enrique Serje y Sebastian Viera también tuvieron una buena actuación, pero no fue suficiente para lograr la victoria. 'Carachito' Dominguez necesitó un reemplazo de cadera gracias a Miguel Borja, la delantera vergolaga hacía fiesta en el Metropolitano gracias a la defensa de Junior. 

Todo este desastre comenzó el día que al Señor Fuad Char se le ocurrió la brillante idea de sacar a como diese lugar al entonces técnico Tiburón Alexis Mendoza, desbaratando así un proceso de año y medio, para traer un novato sin mérito alguno más que llevar a Uniautóma de vuelta a la B y al que le pagó el curso de técnico. Las malas decisiones de las directivas de Junior tienen al equipo sumido en una crisis administrativa y futbolística a la que no se le vislumbra un final. 

Lo cierto es que la hinchada y la ciudad no merecen un equipo donde predomina la indisciplina, el alcohol, el amiguismo y la pésima gestión de un técnico que sólo tiene experiencia llevando equipos al decenso y que es sólo un titere más. ¿Qué se puede esperar de un equipo cuyas divisiones menores están plagadas de corrupción y no producen jugadores, o donde sus sedes deportivas se caen a pedazos por la falta de inversión? ¿Qué tanto podiamos esperar de Giovanni Hernández si el que realmente toma las decisiones técnicas es un tipo como Harold Viafra?

Ésta será una pesadilla sin fin, se repetirá la historia una y otra vez mientras los dueños de Junior sean los Char. Por ahora sólo nos queda admirar el buen fútbol de Nacional, un equipo en donde si saben respetar los procesos de los técnicos, donde la gestión futbolística se ve, donde sus dueños invierten para sacar al equipo como ganador de una Copa Libertadores y no para llenarse los bolsillos. Junior no es papá de nadie y como decía una colega en Twitter "A Barranquilla vino un equipo serio, manejado por gente de empresa y le ganó a un equipo cuyo dueño lo tiene de hobby" . Sólo espero que Giovanni Hernández y su séquito tengan un poquito de dignidad y verguenza, que agarren sus corotos y se vayan. En lo que a mi concierne, no vuelvo a hablar de Junior por ahora.

"Que se vayan todos que no quede ni uno sólo"

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