Por: Carolina Cervantes
Cualquier cosa que diga sobre el partido ante Millonarios, sería llover sobre lo mojado, hablar de lo mismo una y otra vez. Lo que se vio anoche en El Campín fue a un Junior que jugo dos tiempos totalmente distintos, parecían dos equipos diferentes, como si los hubieran cambiado en el camerino; salieron confiados a jugar el segundo tiempo, a defender un gol como su propia vida y dejaron atrás todo el buen trabajo realizado en la primera mitad.
El primer tiempo fue maravilloso, los junioristas nos ilusionamos con una victoria en la capital, los Tiburones jugaban muy bien, llegaban al área, desarmaron a los locales, le cerraron los espacios, tenían el dominio total del partido, pero de nuevo la falta de definición se hizo presente y les jugo una mala pasada. Leiner Escalante y Roberto Ovelar tuvieron la oportunidad de gol en sus pies y no las concretaron. Escalante hacia de las suyas con la defensa embajadora, Vladimir Hernandez enloquecía a volantes y defensores, solo lo paraban cometiéndole faltas (como siempre), era un festín rojiblanco de buen fútbol.
Más tarde, el mismo "Búfalo" Ovelar con todo su ímpetu marca un golazo desde fuera del área sorprendiendo a Vikonis y callando la boca de todos sus detractores que ya venían pidiendo banca para el delantero paraguayo. Los dirigidos por Alexis Mendoza se iban arriba en el marcador, y a pesar de desperdiciar dos opciones claras de gol, se fueron al medio tiempo con un parte de tranquilidad.
Creo que el profe Israel (DT de Millonarios) le dio la charla técnica de la vida a sus dirigidos durante el entretiempo, porque en los primeros 10 minutos de la segunda parte, marcaron dos goles y superaron desde todo punto de vista a Junior, que a diferencia del primer tiempo jugaban pasivos, cansados. Un equipo totalmente diferente. ¿Los cambiaron en el camerino?
Tal cual como sucedió semanas atrás ante Santa Fe en el mismo escenario, Junior sufría la ausencia de Guillemo Celis y James Sánchez en el medio campo y Mendoza estaba limitado en opciones para llenar ese vacío. De los 29 jugadores que están inscritos ante Dimayor solo algunos están en buen nivel, otros nunca han estado en la titular, y en un partido donde los suplentes están como titulares miramos la banca y no encontramos nada. El profe Mendoza claramente se enrredó y no supo que hacer.
Millonarios tuvo todos los méritos para ganar, fue el justo vencedor en un partido donde Junior dejó perder oportunidades, se le cayó la estantería y de un momento a otro perdió todo el trabajo que había realizado en el primer tiempo. Aún me pregunto ¿Qué les pasó? Ya los ahorros se están acabando, se vienen dos partidos de local ante Bucaramanga y Cali, seis puntos que los dirigidos por Mendoza deben ganar, sí o sí.
Cualquier cosa que diga sobre el partido ante Millonarios, sería llover sobre lo mojado, hablar de lo mismo una y otra vez. Lo que se vio anoche en El Campín fue a un Junior que jugo dos tiempos totalmente distintos, parecían dos equipos diferentes, como si los hubieran cambiado en el camerino; salieron confiados a jugar el segundo tiempo, a defender un gol como su propia vida y dejaron atrás todo el buen trabajo realizado en la primera mitad.
El primer tiempo fue maravilloso, los junioristas nos ilusionamos con una victoria en la capital, los Tiburones jugaban muy bien, llegaban al área, desarmaron a los locales, le cerraron los espacios, tenían el dominio total del partido, pero de nuevo la falta de definición se hizo presente y les jugo una mala pasada. Leiner Escalante y Roberto Ovelar tuvieron la oportunidad de gol en sus pies y no las concretaron. Escalante hacia de las suyas con la defensa embajadora, Vladimir Hernandez enloquecía a volantes y defensores, solo lo paraban cometiéndole faltas (como siempre), era un festín rojiblanco de buen fútbol.
Más tarde, el mismo "Búfalo" Ovelar con todo su ímpetu marca un golazo desde fuera del área sorprendiendo a Vikonis y callando la boca de todos sus detractores que ya venían pidiendo banca para el delantero paraguayo. Los dirigidos por Alexis Mendoza se iban arriba en el marcador, y a pesar de desperdiciar dos opciones claras de gol, se fueron al medio tiempo con un parte de tranquilidad.
Creo que el profe Israel (DT de Millonarios) le dio la charla técnica de la vida a sus dirigidos durante el entretiempo, porque en los primeros 10 minutos de la segunda parte, marcaron dos goles y superaron desde todo punto de vista a Junior, que a diferencia del primer tiempo jugaban pasivos, cansados. Un equipo totalmente diferente. ¿Los cambiaron en el camerino?
Tal cual como sucedió semanas atrás ante Santa Fe en el mismo escenario, Junior sufría la ausencia de Guillemo Celis y James Sánchez en el medio campo y Mendoza estaba limitado en opciones para llenar ese vacío. De los 29 jugadores que están inscritos ante Dimayor solo algunos están en buen nivel, otros nunca han estado en la titular, y en un partido donde los suplentes están como titulares miramos la banca y no encontramos nada. El profe Mendoza claramente se enrredó y no supo que hacer.
Millonarios tuvo todos los méritos para ganar, fue el justo vencedor en un partido donde Junior dejó perder oportunidades, se le cayó la estantería y de un momento a otro perdió todo el trabajo que había realizado en el primer tiempo. Aún me pregunto ¿Qué les pasó? Ya los ahorros se están acabando, se vienen dos partidos de local ante Bucaramanga y Cali, seis puntos que los dirigidos por Mendoza deben ganar, sí o sí.
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