Por: Carolina Cervantes
Ya todos sabemos que en el historial de jugadores de Junior han habido uno que otro indisciplinado y unas cuantas manzanas podridas, desde los comelones devoradores de arepas de huevo, hasta los visitantes frecuentes de sitios de dudosa reputación, pasando por los que se beben hasta el agua del florero. Son situaciones que para ningún hincha rojiblanco son un secreto y menos ahora, cuando es vox populi en Barranquilla lo que andan haciendo dos miembros del equipo.
Estos actos de indisciplina no son nada nuevo, son situaciones que se vienen presentado hace meses dentro del onceno Tiburón y que de una u otra manera han tratado de ocultar, porque cuando se les pregunta a las directivas o al técnico, para tener un pronunciamiento oficial sobre el tema, contestan con evasivas o minimizan lo ocurrido, haciendo parte del problema, como si les faltara pantalones para admitir que en sus manos tienen una bomba de tiempo. Pero en Junior nadie dice nada, es como cuando barres y escondes el mugre debajo de la alfombra, no se ve pero ahí sigue.
Los reclamos en el camerino, la 'pataleta' en el hotel de concentración durante la final pasada, las imágenes de la rumba que llegaron a manos de los altos mandos en el club, las pruebas de alcoholemia que dieron positivo y la perla mas reciente, la pelea entre uno de los jugadores 'de experiencia' con uno de los juveniles, no fue solo un 'roce' como lo hizo ver el profesor Mendoza en sus declaraciones, el asistente técnico Carlos Araujo tuvo que frenar la situación y el jugador Mario Alvarado terminó con la boca llena de sangre. Para estos jugadores que se creen por encima del bien y el mal esos 8 millones de pesos de multa no son nada, una sanción que como las otras, se pasarán por la faja y seguirán en las mismas, hasta que llegue alguno y le ponga POR FIN un alto a esta payasada.
Me molesta que la prensa deportiva barranquillera sea cómplice de esta situación, saben lo que pasa dentro del equipo y no dicen nada. Pero estas cosas hay que sacarlas a la luz, que se acabe tanta alcahuetería, la hinchada merece respeto y sus compañeros, esos que sí saben de profesionalismo, también. Pero no todo es malo, no todos son así, porque tenemos jugadores que la sudan en la cancha y que por fuera de ella se comportan a la altura.
La verdad veo lejos el fin de esta novela, si el dueño del equipo respalda las acciones de los implicados, poco o nada se puede hacer. Porque al ser sus 'protegidos' creen que pueden pasar por encima de cualquiera, hacer lo que les plazca sin mayores consecuencias y que peor aún, terminan premiándolos con un lugar en el equipo titular, como si nada hubiese pasado.
En este caso los nombres sobran porque ya todos sabemos quienes son, lo único que quiero es respeto, ese que como hinchas nos merecemos. ¿Cuánto más les tenemos que aguantar? Hay montones de muchachitos en las inferiores de Junior que darían la vida por la oportunidad que estos dos tienen y desperdician sin importarles nada, esos dos sueldazos se podrían invertir en otros nombres que no solo sean figuras en redes sociales, sobretodo pensando en la nómina tan corta que tiene el equipo de cara a tres torneos que jugará este semestre. Sé que no pedirán disculpas, sé que pronto los veré de nuevo en la formación titular, sé que volverán a cometer alguna de sus payasadas... Pero mientras el pluma blanca siga alcahueteando, tendremos el mismo circo para rato.
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EXCELENTE Y CREO QUE SE QUEDA CORTO EL COMENTARIO, YA QUE ÚLTIMAMENTE @JuniorClubSA ES UN CIRCO MANEJADO POR LOS MISMO PAYASOS
ResponderEliminar¡Muy bien dicho!
ResponderEliminarY Alexis le quedo grande el grupo por eso juegan 20 minutos y se funden el resto del partido.
ResponderEliminarExcelente ... Ni mas ni menos !!
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